El síndrome de tendinitis es el trastorno más común del hombro. A menudo se asocia con bursitis subacromial, rotura de los tendones que conforman el manguito rotador del hombro, lesiones tendinosas y tendinitis calcificada. La incidencia de la patología del hombro representa el 2.5% de las visitas al médico de atención primaria, y la prevalencia dentro de nuestro territorio es superior al 25%.
Son el sedentarismo, lesiones neurológicas, deportes que involucran lanzar una pelota o actividades generales y trauma.
El hombro es una estructura asombrosa que le permite moverse en muchas direcciones. Cuando el intrincado equilibrio muscular se ve interrumpido debido al contacto repetitivo o excesivo o la abrasión de los músculos y tendones del manguito rotador (fundamentalmente el tendón supraespinoso), los tejidos se sobrecargan y se desgastan. Después de un tiempo, cuando se ha afectado suficiente tejido, se desarrolla dolor en el hombro que finalmente resulta en debilidad y rigidez. La patología progresa desde edema y hemorragia hasta fibrosis y engrosamiento del manguito o una rotura parcial que podría evolucionar a roturas de espesor completo de tendones y a cambios óseos.
• Dolor a lo largo de la escápula que empeora con la flexión hacia adelante del hombro. El dolor a menudo se ubica en la región
lateral del hombro y a mitad del brazo.
• Dificultad para quitarse la camisa o el abrigo.
• Atrofia de los músculos del hombro.
• Las limitaciones del rango de movimiento del hombro pueden estar relacionadas con la debilidad del deltoides o del manguito
rotador como resultado de la atrofia por desuso relacionada con el dolor.
• Hernias de disco cervical.
• Mielopatía cervical de la médula espinal.
• Espondilosis cervical (artritis).
• Hombro congelado.
• Inestabilidad glenohumeral.
• Tumores pulmonares.
• Daño neurológico.
• Artrosis.
A menudo solo se necesitan tratamientos simples como una modificación de la actividad, medicamentos antiinflamatorios,
fortalecimiento del manguito de los rotadores y fisioterapia. Si se observa un progreso mínimo, una inyección anestésica en la región de interés en el hombro puede ayudar con el diagnóstico y el tratamiento.
Las inyecciones intraarticulares o subacromiales de corticosteroides y anestésicos con guía ecográfica proporcionan alivio a corto plazo. (hoy se desaconsejan dado que se ha demostrado el efecto negativo del corticoide en las articulaciones).
En cuanto a terapias regenerativas, el tratamiento mediante Proloterapia es altamente efectivo sin los efectos secundarios de los esteroides. En pacientes que no han tenido una mejora significativa, se realizan procedimientos más avanzados que incluyen inyección de Factores de crecimiento o Plasma rico en plaquetas (PRP) para regenerar el tejido dañado.