El síndrome piramidal o piriforme es un dolor similar a la ciática debido a la compresión del nervio ciático a medida que pasa por el músculo piriforme. La incidencia es del 6% al 8% de todos los casos de dolor lumbar y se observa con mayor frecuencia en el grupo de edad de 30 a 40 años. La relación mujer-hombre es de 3 a 6 mujeres / 1 hombre.
El músculo piriforme es el más grande de los rotadores externos cortos de la cadera. Otros rotadores externos de la cadera incluyen el gémino superior e inferior, el cuadrado femoral y los músculos obturadores internos, que también pueden estar involucrados. El músculo piriforme se origina de la segunda a la cuarta vértebra sacra, saliendo de la pelvis a través de la muesca ciática y se inserta en la porción superior del trocánter mayor con variaciones en el curso del nervio ciático a través del músculo piriforme.
El mecanismo exacto de este tipo de ciática sigue siendo desconocido, aunque las teorías incluyen atrapamiento de nervios debido a adherencias de una lesión inicial como una caída; compresión debido al dolor miofascial; o compresión del nervio por el músculo o tendón con rotación interna de la cadera.
También el traumatismo cerrado en la región glútea, el embarazo y las sesiones prolongadas en superficies duras también pueden ser factores desencadenantes en el síndrome piriforme.
El síndrome piramidal se considera un diagnóstico de exclusión sin consenso sobre los hallazgos clínicos. Lo más importante es que es fundamental descartar un nervio comprimido en la zona baja lumbar, ya que tiene características “parecidas a la ciática”, como dolor en área glútea y el miembro inferior. También una cojera progresiva puede sobrecargar estructuras adyacentes que empeoran el dolor.
Si su músculo piriforme está comprometido, incluso las actividades normales simples pueden causar espasmos y dolor en el músculo piriforme. Las actividades que pueden empeorar el dolor incluyen levantarse de una silla, subir escaleras o pararse por un período prolongado. Cualquier actividad que aumente la rotación externa de la cadera puede aumentar el dolor.
• Endometriosis.
• Núcleo pulposo herniado (hernia de disco).
• Patología de la articulación de la cadera.
• Patología articular sacroilíaca.
• Estenosis del canal espinal.
• Espondilosis.
• Tumores pélvicos.
Los síntomas del síndrome piramidal pueden responder bastante bien a los tratamientos no quirúrgicos. Es muy importante otorgarle al paciente un esquema claro de kinesiología efectiva. En algunos casos, el dolor puede aliviarse temporal o permanentemente mediante técnicas de aplicación de Factores de crecimiento derivados de plaquetas o Plasma rico en plaquetas bajo control fluoroscopio.