Inestabilidad Patelofemoral

¿Qué es la inestabilidad patelofemoral?

Se denomina inestabilidad patelofemoral cuando la patela (rótula) sufre episodios de luxación o subluxación (se desliza fuera del surco femoral), dislocándose provocando dolor, hinchazón y rigidez.

Estabilidad rotuliana

La rótula se conecta con el músculo cuádriceps mediante el tendón cuadricipital y con la Tibia mediante el tendón rotuliano.
La rótula encaja en un surco al final del fémur y se desliza hacia arriba y hacia abajo permitiendo que la rodilla se doble y se enderece. El estabilizador primario de la rótula es el ligamento patelofemoral medial (LPFM). El LPFM conecta la rótula al vasto interno y mantiene la rótula en su surco.

¿Cuál es la causa de la luxación patelofemoral?

La luxación aguda de la rótula es a menudo el resultado de una lesión deportiva, una caída o un impacto directo en la articulación que obliga a la rótula a salir de su “trayectoria” normal. El daño provoca la lesión del ligamento patelofemoral medial (LPFM). Con frecuencia, esto es el resultado de una afección preexistente subyacente:

• Rótula anormalmente alta (rótula alta).
• Surco poco profundo (displasia troclear).
• Desalineación (aumento del ángulo Q, deformidades rotacionales) de la rótula y la tibia.

Las mujeres y las niñas tienen ligamentos naturalmente mas laxos que los predisponen a la dislocación rotuliana lateral, una lesión común en ellas.

¿Está usted en riesgo de una luxación recurrente de la rótula?

Aproximadamente, del 15 al 44% de los pacientes que sufren una luxación traumática tendrán luxaciones recurrentes. Dos o más dislocaciones aumentan la tasa de recurrencia al 49%. Los factores de riesgo para la inestabilidad recurrente incluyen edad temprana, lesiones relacionadas con el deporte, rótula alta, displasia troclear (surco poco profundo), lesión del LPFM y cuádriceps débil.

¿Cuáles son los síntomas de la inestabilidad crónica de la rótula?

La inestabilidad rotuliana crónica es muy dolorosa y puede limitar significativamente la participación en actividades físicas debido al miedo a las luxaciones recurrentes. Afortunadamente, existen tratamientos que pueden estabilizar la rótula, por lo que su rodilla vuelve a funcionar normalmente.
Las personas que tienen inestabilidad en la rótula suelen tener síntomas que incluyen:

• Hinchazón y hematomas.
• Dolor al estar sentado y de pie.
• Dolor en la parte delantera de la rodilla.
• Rigidez articular.
• Rodilla trabada y atrapada.
• Un crujido con movimiento de rodilla.
• Dificultad para caminar.

¿Cómo se diagnostica la inestabilidad patelofemoral?

El Dr. Martín Estévez revisará su historial médico, incluidos los síntomas y el historial de luxaciones y subluxaciones. Realizará un detallado examen físico y observará cómo su rótula se mueve a través del rango de movimiento. Practicará maniobras semiológicas específicas.

Serán solicitadas radiografías y otros estudios de imágenes para confirmar que sus síntomas son causados por la inestabilidad de la rótula y descartar fracturas. Además será necesario una resonancia magnética nuclear para evaluar el daño de los tejidos blandos, incluido un LPFM desgarrado, buscar cuerpos sueltos y hematomas. Mediante tomografía computada se realizará la medición y determinación de los ángulos de alineación ósea.

¿Cuál es el tratamiento de la inestabilidad patelofemoral?

En casos agudos de inestabilidad, incluida la primera lesión del LPFM, se puede recomendar un tratamiento conservador. Esto incluye fisioterapia para restaurar la fuerza y la movilidad, y el uso temporal de una rodillera. El tratamiento conservador con un período de inmovilización seguido de fisioterapia puede ser beneficioso en algunos pacientes, dependiendo de sus factores predisponentes subyacentes, pero a veces puede conducir a luxaciones recurrentes. Incluso sin luxaciones recurrentes, pueden presentarse problemas persistentes, discapacidad y artrosis. Por lo tanto, la reconstrucción del LPFM se puede ofrecer temprano para prevenir estas
consecuencias cuando un paciente tiene luxaciones recurrentes.

Serán solicitadas radiografías y otros estudios de imágenes para confirmar que sus síntomas son causados por la inestabilidad de la rótula y descartar fracturas. Además será necesario una resonancia magnética nuclear para evaluar el daño de los tejidos blandos, incluido un LPFM desgarrado, buscar cuerpos sueltos y hematomas. Mediante tomografía computada se realizará la medición y determinación de los ángulos de alineación ósea.

El tratamiento para la inestabilidad crónica de la rodilla se centra en corregir la causa subyacente. El objetivo es restaurar la estabilidad. Las opciones de tratamiento quirúrgico se basan en la causa de la inestabilidad crónica.

Cuando la inestabilidad es causada por problemas complejos como un desgarro o laxitud del ligamento, se recomendará la reconstrucción quirúrgica del LPFM para permitir que la rótula continúe correctamente y permanezca en su surco.

Cuando hay una desalineación de los huesos, se puede recomendar un procedimiento quirúrgico llamado osteotomía de realinación para prevenir futuras dislocaciones. Cuando hay daño en el cartílago, la cirugía para reposicionar la rótula y darle más espacio para moverse con respecto al fémur puede mejorar el dolor. Si es necesario, la artroscopía de rodilla y los procedimientos de restauración del cartílago pueden ayudar.