Es el dolor ubicado en la parte baja de la columna (área de vértebras lumbares). Es una de las principales razones por las cuales las personas visitan a un médico y afecta a más del 80% de los adultos en algún momento de sus vidas. El dolor lumbar también contribuye al tiempo de baja laboral y limita la actividad física que es crucial para mantener la calidad de vida. Según un importante estudio publicado en la prestigiosa revista médica Lancet se estima que el dolor lumbar es la principal causa de discapacidad.
Ciertos factores parecen aumentar el riesgo de una persona en desarrollar dolor lumbar. Estos incluyen tabaquismo, obesidad, edad avanzada, sexo femenino, trabajo físicamente extenuante o sedentario, estrés relacionado con el trabajo, insatisfacción laboral y problemas de salud mental como ansiedad o depresión.
El dolor lumbar se puede clasificar como agudo, subagudo o crónico. Los episodios agudos de dolor lumbar generalmente duran de unos pocos días a 4 semanas y el dolor lumbar subagudo dura entre 4 a 12 semanas. Mas de tres meses de episodios de dolor se considera crónico.
Su columna está formada por huesos, músculos, nervios y otros tejidos que trabajan juntos para ayudarlo a pararse y doblarse. Los huesos de la espalda se llaman vértebras, que juntas forman la columna vertebral. La columna vertebral protege la médula espinal, la parte del sistema nervioso central que controla su capacidad de sentir y moverse.
Las vértebras se apilan una encima de otra. La médula espinal pasa a través de aberturas en la parte posterior de las vértebras, y los pequeños nervios (llamados raíces nerviosas) salen de la médula espinal y pasan a través de
espacios a los lados de las vértebras. La columna vertebral se extiende más allá de la médula espinal. Las raíces nerviosas que corren hacia la parte baja de la espalda y las piernas se denominan colectivamente la cola de caballo.
Entre cada par de vértebras apiladas en la columna vertebral hay un disco compuesto de un tejido externo resistente (anillo fibroso) y una zona interna similar a un gel (núcleo pulposo). Estos discos protegen los huesos, actuando como amortiguadores. Las vértebras se mantienen unidas por ligamentos y tendones, lo que permite que las vértebras se muevan juntas a medida que la columna vertebral se dobla hacia adelante, hacia atrás y de lado a lado.
Muchas diferentes causas pueden provocar dolor lumbar. Es importante identificar la causa específica, con poca frecuencia esta relacionado a una enfermedad grave.
Dolor lumbar inespecífico:
En la mayoría de las personas (más del 85 %) el dolor no está claramente causado por una enfermedad, anormalidad o lesión grave de la columna vertebral. Significa que tuvieron un dolor repentino después de la actividad física (como levantar un objeto pesado, usar una pala o doblarse). Este tipo de dolor con mayor frecuencia representa una tensión en uno o más de los músculos de la zona lumbar y puede ser intenso.
Si bien puede ser frustrante tener dolor sin una causa identificable, puede ser útil saber que este tipo de dolor generalmente mejorará en unas pocas semanas, con medidas básicas como aplicar calor, uso de faja lumbar y evitar grandes esfuerzos, y medidas que le serán planteadas para acelerar su recuperación. Tan pronto como sea posible retomará sus actividades.
Causas potenciales graves:
En raras ocasiones, el dolor lumbar es causado por una afección espinal potencialmente grave, como una infección, un tumor o un trastorno llamado “síndrome de la cola de caballo”, que causa debilidad en las piernas y disfunción intestinal o vesical, así como dolor de espalda. Otras causas potenciales incluyen fracturas de compresión vertebral (espinal), en las cuales una o más vértebras se fracturan como resultado del debilitamiento y adelgazamiento de los huesos debido a la osteoporosis. (Los pacientes con estas afecciones generalmente tienen otros factores de riesgo o síntomas además del dolor lumbar).
Causas potenciales menos graves:
A veces, el dolor lumbar se debe a afecciones específicas menos graves, incluidos cambios físicos debido al envejecimiento normal. Algunas de estas causas se analizan a continuación.
Enfermedad degenerativa del disco:
La enfermedad degenerativa del disco es parte del proceso normal de envejecimiento. En muchas personas es indoloro, pero en otras puede provocar un dolor debilitante intenso. Comenzando a partir de los 30 años de edad, el núcleo dentro del disco se deshidrata con daño en su composición como pérdida de proteoglicanos (moléculas que retienen agua y mantienen hidratado al disco con forma y altura óptima). Este proceso resulta en un deterioro progresivo de las estructuras adyacentes como la placa terminal cartilaginosa, pequeñas articulaciones facetarias y ligamentos. Este proceso aumenta el riesgo de dolor.
La herencia genética puede representar el 50-70% de la variabilidad de la degeneración del disco, lo
que significa que incluso con extremo cuidado, no puede escapar de su historial familiar. Se cree que la carga mecánica alta o repetitiva y el fumar juegan un papel importante en el desarrollo del dolor. La degeneración del disco intervertebral normalmente avascular permite que los vasos sanguíneos y los nervios penetren en el disco, lo que introduce mediadores inflamatorios en el área. Las lesiones del disco intervertebral nunca sanan por completo, por lo que la inflamación continua provocando un dolor creciente.
Protusión discal y hernias de disco:
El desgaste excesivo de los discos espinales puede provocar el abultamiento de un disco, en el que la cubierta exterior se debilita (anillo fibroso) y el disco sobresale. Muchas personas tienen discos abultados (protusiones discales) que se ven en las pruebas de imagen como tomografía computada TC y resonancia magnética nuclear RMN pero no tienen dolor de espalda. Sin embargo, algunas personas pueden desarrollar ciática (dolor que se extiende hacia la parte posterior de la pierna) si el disco abultado presiona un nervio.
Este desgaste puede provocar con menos frecuencia la hernia de un disco, en el cual la cubierta externa se debilita o se desgarra y el tejido interno blando se expulsa. Los discos herniados pueden causar dolor o debilidad
en las piernas si el disco presiona una raíz nerviosa. Sin embargo, los discos
herniados también se ven en las pruebas de imagen tomografía computada y resonancia magnética nuclear en personas sin dolor de espalda. Los discos herniados generalmente sanan con el tiempo porque el cuerpo descompone el exceso de material del disco, aliviando la presión o la irritación del nervio.
Artrosis:
La artrosis puede afectar las articulaciones que conectan las vértebras entre sí, llamadas articulaciones facetarias. Esta afección, conocida como artropatía de las articulaciones facetarias, puede provocar espolones óseos alrededor de la articulación y puede causar dolor lumbar. Sin embargo, al igual que la enfermedad degenerativa del disco, la artropatía de la articulación facetaria es muy común con el envejecimiento.
Canal estrecho lumbar:
El canal estrecho lumbar es una afección en la cual el canal medular (el espacio abierto dentro de las vértebras) se estrecha, pudiendo o no comprimir la médula espinal. Esto a menudo es causado por la producción exuberante de hueso (espolones óseos u osteofitos artrósicos) alrededor del canal medular. En general ocurre en personas mayores que padecen artrosis. Algunas personas con canal estrecho lumbar no tienen síntomas, mientras que otras experimentan dolor en la parte inferior de las piernas al caminar, esto se conoce como claudicación neurogénica de la marcha.
Espondilolistesis:
La espondilolistesis es una afección en la que una de las vértebras de la columna lumbar “se desliza” hacia adelante en relación con la vértebra inferior. Ocurre mas frecuentemente en la quinta vértebra lumbar.
Generalmente es causada por el estrés en las articulaciones de la parte baja de la columna. Son factores de riesgo algunos deportes tales como gimnasia (técnicas inadecuadas de atletismo), rugby, buceo, lucha libre y levantamiento de pesas.
Puede estar asociada con la artropatía de la articulación facetaria. Aunque esta afección puede causar dolor lumbar y ciática, puede no causar ningún síntoma.
Dolor de espalda ocupacional:
A veces, el dolor de espalda está relacionado con factores ocupacionales. Estos pueden incluir una mala postura al estar sentado o de pie en el trabajo, estar sentado o de pie durante largos períodos de tiempo, conducir largas distancias, técnicas de elevación inadecuadas, levantamiento frecuente de cargas excesivamente pesadas.
El dolor lumbar es muy común entre los trabajadores que permanecen sentados por períodos prolongados de tiempo, como oficinistas por ejemplo. También es común en las personas cuyos trabajos requieren levantar objetos pesados. En muchas ocaciones esos esfuerzos exagerados pueden causar lesión muscular o ligamentaria de alguna estructura de la columna lumbar.
La lumbalgia (dolor lumbar) es una de las principales causas de baja laboral en nuestros medios.
El dolor lumbar puede sentirse diferente en cada persona y puede estar asociado con otras características o síntomas según la causa. A continuación se presentan algunos términos comúnmente utilizados relacionados con el dolor de espalda.
Radiculopatía:
La radiculopatía puede acompañar al dolor lumbar. Ocurre cuando una raíz nerviosa en la columna vertebral se irrita por alguna estructura que la presiona (una protusión de disco, artrosis de la columna vertebral o incluso un músculo en espasmo). Los síntomas de la radiculopatía incluyen dolor glúteo que irradia a miembro inferior, entumecimiento, hormigueo o debilidad muscular en el área específica relacionada con la raíz nerviosa afectada, generalmente la parte inferior de la pierna.
Ciática:
La ciática es un tipo de radiculopatía. Ocurre cuando una de las cinco raíces del nervio espinal que formarán el nervio ciático, está irritada. El dolor suele ser agudo, ardiente y se extiende por la parte posterior o lateral del muslo y puede llegar hasta el pie o el tobillo. También puede sentir entumecimiento u hormigueo. Ocasionalmente, la ciática también puede estar asociada con debilidad muscular en la pierna o el pie. Si un disco está herniado, el dolor ciático a menudo aumenta al toser, estornudar o presionar.
Claudicación neurogénica:
La claudicación neurogénica es un tipo de dolor que puede ocurrir cuando la médula espinal se comprime debido al estrechamiento del canal espinal por artrosis u otras causas (ver canal estrecho lumbar más arriba). El dolor desciende por la espalda hasta los glúteos, los muslos y la parte inferior de las piernas, a menudo afectando ambos lados del cuerpo. Esto puede causar cojera y debilidad en las piernas. El dolor generalmente empeora al extender la columna inferior (por ej., al estar de pie o caminar) y mejora al flexionar la columna al sentarse, agacharse o inclinarse hacia adelante, incluso mientras camina
En TMR Buenos Aires comenzaremos con el historial médico para revisar posibles enfermedades preexistentes y lesiones antiguas que pueden contribuir a su dolor lumbar. Mediante un exhaustivo examen físico y una completa valoración semiológica serán evaluadas las características del dolor y la presencia de deformidades espinales.
Pruebas de imágenes serán solicitadas. Mediante examen radiológico se puede observar enfermedad degenerativa del disco, artrosis de la articulación facetaria y fracturas por osteoporosis.
La RMN proporciona imágenes detalladas de los tejidos blandos y las estructuras óseas de la columna, es necesaria para evaluar las características de un disco abultado, protuido o herniado y la presencia de canal estrecho lumbar.
Dolor agudo
• Reposo absoluto. Es importante descansar músculos y ligamentos posiblemente fatigados. Resulta indispensable limitar los
movimientos de cintura que actúan como estímulos proinflamatorios del disco intervertebral. El disco está sometido a
compresión y distracción multidireccional aun con pequeños arcos de movilidad.
• Aplicar calor local. Contribuye a relajar la musculatura reduciendo espasmos. Además al favorecer la vasodilatación se consigue
incrementar el flujo sanguíneo y la llegada de sustancias regeneradoras de tejidos.
• Administración de antiinflamatorios. Via oral, cremas o geles de aplicación local. Dosis ajustada en cada caso.
• Faja elástica. Su utilización aporta calor local y protección frente a los movimientos.
• Terapia regenerativa mediante Proloterapia. Se realiza en las áreas desencadenantes de dolor (“puntos gatillo”). Suelen brindar
alivio rápido y duradero de los síntomas.
Dolor crónico
(El tratamiento del dolor lumbar en esta fase será ajustado particularmente a la causa que lo desencadenó).
El dolor crónico generalmente se define como dolor que dura 12 semanas o más. El dolor de columna que dura entre 4 y 12 semanas se llama “subagudo”; El enfoque de tratamiento para el dolor subagudo tiene como objetivo evitar la progresión a la cronicidad.
El tratamiento puede incluir:
• Medicamentos antiinflamatorios no esteroideos.
• Analgésicos.
• La estabilización lumbar se centra en desarrollo muscular con patrones de movimientos.
• Entrenamiento de flexión y extensión en estiramiento y fortalecimiento.
• Evaluación mecánica para determinar una dirección de preferencia.
• Faja y suministro de calor.
• Técnicas regenerativas mediante Proloterapia. Se realiza en las áreas desencadenantes de dolor (“puntos gatillo”).
• Técnicas regenerativas mediante aplicación de Plasma rico en plaquetas.
Altamente efectivas en: -Enfermedad degenerativa discal (protusiones y hernias de disco). Contribuye a la reparación del disco con notable efecto analgésico.
-Deterioro o envejecimiento de la placa vertebral.
-Artrosis facetaria. Contribuye a los procesos de cicatrización de tejidos. Posee gran efecto analgésico, favorece la movilidad articular.
-Canal estrecho lumbar (favorece el aumento del calibre del canal medular mediante efecto antiinflamatorio de partes blandas deterioradas).
• Descompresión quirúrgica y / o fusión para el dolor incoercible.