Osteocondritis Disecante

¿Qué es la osteocondritis disecante?

Se trata de una patología caracterizada por la separación de un fragmento de cartílago y hueso subcondral. Tiene su origen en una necrosis avascular del hueso subcondral (muerte de tejido óseo por falta de aporte sanguíneo), que provoca una fibrilación y reblandecimiento del cartílago. Al no haber revascularización (nuevo suministro de sangre), el fragmento óseo se separa del hueso sano.

¿Cuál es la causa de osteocondritis disecante?

Entre los factores que la originan se citan infartos óseos por embolias y alteraciones en el proceso de osificación. En el 45-50% de los casos se presenta por antecedentes traumáticos. Es más frecuente en varones entre 15-20 años y en el 85% de los casos afecta al cóndilo femoral

interno. Suele ser mayormente unilateral, el fragmento osteocondral puede ser estable o inestable. También puede presentarse en forma de cuerpo libre articular.

¿Cuáles son los síntomas de la osteocondritis disecante?

• Si el fragmento es estable: dolor y derrames con marcha en rotación externa antálgica.
• Si el fragmento es inestable: chasquidos, sensación de inestabilidad, pseudobloqueos (si se desprende el fragmento, bloqueo articular eventual).

¿Cuál es el tratamiento de la osteocondritis disecante?

En caso de pacientes con fisis abiertas, se opta por un tratamiento conservador, puesto que aún tienen posibilidades de curación espontánea.

En caso de osteocondritis inestables, se procederá a tratamiento quirúrgico (artroscopía), valorando la viabilidad o no del fragmento.

En caso de osteocondritis disecante con fragmento viable, se procederá a desbridamiento del lecho de la lesión osteocondral. Se separará el fragmento y se cruentará la superficie ósea del fragmento hasta el hueso sangrante. A partir de ese momento, se procederá a la infiltración intraósea de Plasma rico en plaquetas (PRP) o Factores de crecimiento en el lecho de la lesión, fijando posteriormente el fragmento osteocondral y asegurando la estabilidad del mismo. Una vez realizada la fijación, se realizará una nueva infiltración de PRP entre el hueso sano y el fragmento osteocondral con una aguja fina.

En caso de lesión no viable, se procede a extirpar el tejido patológico con desbridamiento y abrasión profunda. Acto seguido se realizarán perforaciones tipo Pridie y Microfracturas, además de una infiltración intraósea de PRP para inducir la síntesis de un tejido que, aunque distinto al original, cumpla las funciones mecánicas del mismo. En caso de cuerpos libres se procede a la extirpación de los mismos.