Situado en la parte media de la rodilla, el ligamento cruzado anterior (LCA) une la parte posterior interna del cóndilo femoral externo, con la zona intercondílea anterior de la tibia. El ligamento cruzado anterior impide el desplazamiento anterior de la tibia en relación con el fémur y permite una correcta rotación de la rodilla.
La lesión traumática del LCA puede ocurrir en deportes como el esquí, el football y el basketball. La mayoría de las lesiones de LCA son el resultado de una torsión aguda de la rodilla que puede ocurrir durante los movimientos de pivote, o la detención repentina al correr o el aterrizaje incómodo de un salto. Otras causas incluyen lesiones por contacto, caídas u otros accidentes traumáticos.
La lesión traumática del LCA puede ocurrir en deportes como el esquí, el football y el basketball. La mayoría de las lesiones de LCA son el resultado de una torsión aguda de la rodilla que puede ocurrir durante los movimientos de pivote, o la detención repentina al correr o el aterrizaje incómodo de un salto. Otras causas incluyen lesiones por contacto, caídas u otros accidentes traumáticos.
Cuando se lastima su LCA, es posible que escuche un “estallido” en el momento de la lesión junto con la inestabilidad de la rodilla. Habrá dolor intenso e inmediato, hinchazón, inflamación, enrojecimiento y hematomas. El dolor puede resolverse, pero la rodilla puede permanecer inestable y puede haber una pérdida del rango de movimiento articular. Continuar las actividades regulares con la rodilla inestable puede causar más daño a otras estructuras como los meniscos y el cartílago.
Sí, algunas lesiones de LCA pueden sanar sin cirugía, especialmente las lesiones incompletas o rotura parcial. Incluso para desgarros completos del LCA, el tratamiento conservador (es decir, sin cirugía) puede ser exitoso en pacientes que no tienen la intención de volver a las actividades pivotales. Sin embargo, los pacientes con objetivos de volver a practicar deportes de alto riesgo necesitarán una reconstrucción quirúrgica.
Grado 1. Esguince de LCA:
Las lesiones de LCA que estiran el ligamento pueden sanar por sí solas con un tratamiento conservador que incluye reposo, hielo, compresión, elevación y medicamentos antiinflamatorios.
Grado 2. Desgarros parciales de LCA:
Las lesiones de LCA que desgarran algunas de las fibras de los ligamentos se denominan “desgarros parciales” y pueden sanar con un tratamiento conservador, incluida la fisioterapia. Cuando la inestabilidad persiste, los refuerzos musculares se pueden utilizar para volver a los deportes y las actividades diarias de baja demanda. La decisión de realizar una cirugía para reparar una rotura parcial depende de la gravedad de la inestabilidad de la rodilla y del deseo del paciente de regresar al deporte que provocó la lesión.
Grado 3. Desgarros LCA completas:
Una rotura completa del LCA describe una lesión en la que el ligamento no es funcional y requerirá cirugía para repararlo. Los atletas profesionales y la mayoría de los atletas recreativos probablemente requerirán cirugía para volver a jugar.
La combinación de una historia detallada, un examen físico completo, rayos X y una resonancia magnética es la clave para el diagnóstico exitoso de lesiones en el LCA. Debido a que casi la mitad de todas las lesiones de LCA ocurren en combinación con otros daños de rodilla, los estudios de imágenes como la resonancia magnética son importantes para evaluar el alcance total de sus lesiones. Además de las pruebas de imágenes el Dr. Martín Estévez utiliza pruebas de estabilidad como parte de su examen físico, incluidas las pruebas de Lachman y del cajón anterior para diagnosticar adecuadamente una lesión de LCA.
Los estudios informan que los pacientes pueden beneficiarse al comenzar con fisioterapia para fortalecer los músculos que rodean la rodilla (pre-rehabilitación), particularmente cuando el rango de movimiento es limitado, seguido de reconstrucción quirúrgica. En general, retrasar la cirugía hasta que el dolor, la hinchazón y la inflamación hayan disminuido, y el rango de movimiento se haya restablecido con la fisioterapia, es mejor. El Dr. Martín Estévez analiza el momento de la cirugía con cada paciente de manera individual.
La artroscopia de rodilla es un procedimiento mínimamente invasivo que se utiliza para ver, evaluar y tratar un LCA desgarrado. Además puede ser útil para reparar un menisco desgarrado que se encuentra frecuentemente asociado con una ruptura del LCA. La reconstrucción del LCA implica el reemplazo del ligamento roto con un injerto de tendón. El injerto puede ser extraído del paciente (autoinjerto) o en forma muy infrecuente de un donante de tejido (aloinjerto).
La fuente del tejido del injerto y la técnica dependen de la gravedad de la lesión, la edad y el nivel de actividad del paciente, el resultado deseado y el método preferido del cirujano. La reconstrucción del LCA con autoinjerto de hueso tendón-hueso (HTH) tiene el historial más largo de resultados exitosos y es la técnica con la que se comparan todos los demás. Otras opciones incluyen los tendones isquiotibiales (semitendinoso y recto interno) a lo largo de la parte interna del muslo y la rodilla.
La recuperación de una reconstrucción de LCA lleva un promedio de 6 a 9 meses, incluida la rehabilitación completa para restaurar el rango de movimiento, fortalecer los músculos y recuperar el equilibrio. Además, la prevención de lesiones después de completar la rehabilitación sigue siendo de suma importancia para prevenir lesiones posteriores.
La mayoría de las lesiones de LCA ocurren en atletas jóvenes y saludables que sufren lesiones deportivas traumáticas. El manejo adecuado, incluido el tratamiento de lesiones en otras estructuras, es esencial para garantizar la función futura. Por ejemplo, hasta el 50% de las rupturas de LCA están acompañadas de una rotura de menisco. Los meniscos están formados por dos piezas de fibrocartílago en forma de cuña que actúan como amortiguadores en la articulación de la rodilla. Funcionan para distribuir peso y mejorar la estabilidad articular. Los síntomas y el tratamiento de una rotura de menisco son similares al tratamiento de una rotura de LCA mediante artroscopía de rodilla.
El enfoque moderno para tratar una lesión de LCA es una gama de cuidados que van desde el tratamiento conservador hasta la pre- rehabilitación y, cuando es necesario, la cirugía y la reconstrucción.
El primer objetivo después de la lesión es reducir y controlar la hinchazón y la inflamación. Durante las primeras 24 a 72 horas después de la lesión, habrá hematomas notables (debido a sangrado en la articulación), dolor e inestabilidad de la rodilla. El tratamiento conservador implica reposo, hielo, compresión y elevación para reducir el dolor, la hinchazón y la inflamación. Después de varios días de descanso, se recomendará fisioterapia para restaurar el rango de movimiento y la fuerza de la rodilla. Esto se llama pre-rehabilitación.
Estudios recientes demuestran que el enfoque de “rehabilitación primero” en comparación con la reconstrucción de LCA temprana / inmediata proporciona resultados comparables a los 2 años después de la cirugía. Además, los pacientes que se sometieron a rehabilitación preoperatoria (debido al rango de movimiento limitado) informaron mejores resultados después de la cirugía.
El objetivo de la pre-rehab es minimizar el impacto de una rotura de LCA en los músculos, reducir el dolor, la rigidez y la hinchazón, y restaurar el rango de movimiento, la fuerza y la función. Se recomienda la pre-rehab dentro de las 72 horas posteriores a la lesión para aliviar el dolor y recuperar la fuerza y la estabilidad. Los ejercicios de pre-rehab son similares a los empleados durante la recuperación después de la cirugía.
La rehabilitación es valiosa para preparar a un paciente para la cirugía. Es importante destacar que la pre-rehabilitación proporciona beneficios esenciales que incluyen una mejor fuerza muscular, coordinación y movimiento, a la vez que finalizan en resultados quirúrgicos óptimos. En pacientes mayores, la pre-rehab puede ayudarlos a evitar la cirugía.
La inestabilidad de la rodilla es el factor crítico al decidir si el paciente debe someterse a cirugía. Se recomendará la reconstrucción cuando el paciente esté en riesgo de sufrir una lesión adicional de rodilla en otra estructura como el menisco. Además, cuando los pacientes hayan fallado una prueba de tratamiento no quirúrgico y continúen teniendo síntomas con la actividad, se recomendará la reconstrucción.
La cirugía de reconstrucción artroscópica del LCA es el tratamiento gold standard para las lesiones de LCA en personas jóvenes y activas. Los atletas jóvenes generalmente requieren un tratamiento agresivo para volver a jugar. La reconstrucción del LCA es un procedimiento artroscópico mínimamente invasivo que protege y reduce el daño al tejido sano, minimiza el sangrado y las cicatrices, y proporciona buenos resultados. Después de la cirugía, se someterá al paciente a rehabilitación para restablecer la función. La recuperación completa puede llevar hasta un año.
La cirugía artroscópica de reconstrucción de LCA es una cirugía ambulatoria mínimamente invasiva realizada bajo anestesia general y / o regional, según el caso. La recuperación lleva de 6 a 12 meses. Los atletas con reconstrucción de LCA pueden volver a jugar dentro de los 9 a 12 meses posteriores a la cirugía. Sin embargo, esta es una línea de tiempo general. Los tiempos de recuperación y regreso al juego varían para cada paciente. El Dr. Martín Estévez le dará instrucciones postoperatorias completas para atención domiciliaria y fisioterapia. A continuación se muestra una descripción general de la situación luego de la cirugía.
Estará en la sala de recuperación durante aproximadamente dos horas hasta que esté completamente despierto. La fisioterapia comienza el día 1 para trabajar en el rango de movimiento. El tratamiento conservador adicional incluye descanso, hielo, compresión y elevación para reducir el dolor, la hinchazón y la inflamación.
Coágulos de sangre: Inmediatamente después de que se despierte, se le indicará que haga algunos ejercicios simples de tobillo para mejorar su circulación y prevenir coágulos de sangre durante 2-3 días. Si usted o su familia tienen antecedentes de coágulos sanguíneos, hable con el Dr. Martín Estévez sobre prevención adicional.
Descanso: Estará cansado y su rodilla estará hinchada. Es posible que tenga entumecimiento alrededor de sus incisiones y que su pierna esté magullada. La mayor parte de esto se resolverá en unos días. Los moretones son normales después de la cirugía, así como algo de sangrado, y generalmente se detienen en 2 a 3 días.
Utilización de hielo: puede colocar una bolsa de hielo, dentro de una toalla y acercar a su rodilla regularmente después de la cirugía.
Elevación: Eleve su pierna en un ángulo de 45 grados, al menos 30 centímetros por encima de su corazón, 4-6 veces al día durante los primeros 2-3 días. Apoye la pierna con almohadas en los talones o la pantorrilla, pero no en la parte posterior de la rodilla para ayudar a mantener la rodilla recta. Siempre que su rodilla se hinche o palpite, debe elevar su pierna.
Muletas: al ir a casa después de la cirugía, usará muletas. No se le permitirá cargar peso sobre la pierna operada durante las primeras cuatro semanas después de la cirugía. Entonces podría progresar a una carga parcial de peso durante 2 semanas. Después de este período Inicial puede quitarse las muletas cuando puede caminar sin renguear. Si se tratan otras lesiones en el momento de la cirugía, como una reparación de menisco, puede tomar de uno a dos meses recuperar el uso completo de la rodilla.
Dolor: tome su medicamento para el dolor incluso antes de que el anestésico regional haya desaparecido, que generalmente desaparece 12 horas después de la cirugía. Tome sus medicamentos para el dolor regularmente durante los primeros días.
Cuidado de la herida: Tendrá un vendaje con unas gasas y venda elástica. La herida será curada 48 hs. luego de la cirugía. Mantenga el apósito y la herida secos y limpios.
Baño: use baños de esponja hasta que se retiren los vendajes. Después de quitarse las vendas, puede bañarse con la pierna envuelta en plástico. Después de que le hayan quitado los puntos de sutura, puede mojar la rodilla, pero tenga cuidado de secarla completamente.
Férula inmovilizada de Rodilla: la usará para limitar su movimiento. El Dr. Martín Estévez le informará cuando comenzar a dejar de usarla.
Ejercicios: Realice levantamientos de piernas rectas sin flexional la rodilla. Realice flexión y extensión de tobillos. El objetivo es fortalecer sus músculos y mejorar su rango de movimiento. También recibirá ejercicios del fisioterapeuta que lo ayudarán a mejorar su rango de movimiento.
Controle su temperatura: Es común desarrollar fiebre baja durante los primeros días después de la cirugía.
Conducir: por lo general, puede volver a conducir dos o tres semanas después de poder caminar.
La rehabilitación generalmente comienza de 1 a 3 días después de la cirugía y continuará por hasta 6 meses. El objetivo es restaurar el rango de movimiento, desarrollar su fuerza y evitar lesiones adicionales. Su rutina de ejercicios se desarrollará con su fisioterapeuta. Se permite andar en bicicleta fija durante los primeros 3 meses después de la cirugía, para fortalecer los cuádriceps. No se permite nadar ni correr durante al menos 5 meses después de la cirugía.
La resistencia y el fortalecimiento pueden iniciarse en la segunda fase de la rehabilitación. Los ejercicios de agilidad comienzan a los 4 meses junto con la progresión de la carrera si las etapas anteriores se han completado con éxito.
• Está sangrando mucho y no puede detenerlo.
• El dolor no se alivia con medicamentos.
• Si tiene dolor o hinchazón en el músculo de la pantorrilla.
• Sus dedos se ven azules o fríos al tacto.
• Sus incisiones son rojas, hinchadas y dolorosas, o si hay alguna secreción de las incisiones.
• Si su temperatura es superior a 38,3 grados.