Epicondilitis o “codo de Tenista” se refiere al dolor en cara lateral de codo cerca del epicóndilo externo, región donde se originan los músculos extensores de muñeca y dedos (extensor radial corto del carpo o segundo radial externo). Suele ocurrir de igual manera tanto en mujeres como en hombres, siendo la incidencia máxima entre los 34 y los 54 años de edad.
A menudo se debe a trabajos manuales con movimientos repetitivos de extensión de muñeca (sobrecarga laboral) o en jóvenes deportistas (codo de tenista), generados en este caso por una vibración de alta frecuencia transmitida por la raqueta y la mano al antebrazo, al extender la muñeca durante el golpe de revés.
Los cambios histológicos corresponden a una deficiente cicatrización tendinosa y se manifiesta por una hiperplasia fibroangioblástica, siendo ésta un proceso degenerativo sin presencia de cambios inflamatorios. Dicho proceso degenerativo es el resultado de una cicatrización deficiente en respuesta a microrupturas, junto a una insuficiencia vascular en el origen de los tendones. Pasada la etapa aguda hablamos de epicondilosis. El tratamiento será aumentar la respuesta biológica de la cicatrización.
El paciente experimenta dolor en región lateral de codo al realizar tareas que implican cierta extensión de muñeca contra resistencia como al levantar un peso, cargar un portafolio, planchar, usar el mouse de la computadora, un atornillador o abrir una puerta, etc.
Mediante un exhaustivo examen físico se encontrará presencia de dolor a la suave palpación cercana al epicóndilo (región lateral de codo), que aumenta a la extensión de muñeca contra resistencia. Diferentes maniobras semiológicas serán realizadas. Las RX revelarán la ausencia de lesión ósea o quizá la presencia de pequeños osteofitos (excrecencias óseas), la ecografía y resonancia magnética nuclear son útiles para evidenciar cambios específicos en la morfología del tendón.
Existen distintas etapas de tratamiento. En la fase aguda (primeros días) se recomienda:
•Antiinflamatorios no esteroideos en crema.
•Férula de descarga.
•Electroterapia analgésico antiinflamatoria.
•Crioterapia local.
Con posterioridad, estas medidas básicas iniciales serán insuficientes para lograr la cicatrización. Antiguamente se realizaban infiltraciones con corticoides, pero han demostrado provocar mayor daño al tendón. En la última década las técnicas regenerativas buscan aumentar la respuesta biológica natural de cicatrización mediante el uso Proloterapia, sola o en combinación con Plasma rico en Plaquetas. De esta manera se acelera y optimiza correctamente la curación del tendón, brindando todos los elementos necesarios para el proceso, generando rápido alivio del dolor.